Una cara entumecida por el intenso frío y demacrada por el cansancio, emergía de entre el infesto ropaje.......
Un rostro que reflejaba sufrimiento, horror, desazón...., unos ojos que pedían clemencia y que entre los reflejos de la tormenta suplicaban compasión.
Así es como llego mi mentor en la lengua de los clásicos, así arribó a la puerta Sur....Otric.
Fulberto dio la orden oportuna y rápida para la apertura de la puerta "maldita".
Temerosos descorrimos los varios cerrojos y cancelas y la desatrancamos.
No se si fue una señal, pero en el preciso momento en que retirábamos el ultima cancela herrumbrosa y procedíamos a mover las hojas de la puerta, retumbo en el cielo oscuro, un horrendo trueno seguido del mayor relámpago que mis ojos hayan visto....
Jamas me he vuelto a santiguar tantas veces y tan rápidamente. (El Señor sea clemente conmigo)
Junto a Eulalio nos acercamos sigilosamente al recién llegado....con terror, observando a un lado y al otro, temiendo una emboscada.
Tomamos las riendas del animal y nos dirigimos a la entrada de la Abadía procurando no derribar al alto jinete.
(continuara..........)
miércoles, 11 de marzo de 2009
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Buenas...
ResponderEliminarCuando puedas, pásate por mi blog que tienes allí, una cosita para ti.
Besitosss!