jueves, 12 de marzo de 2009

XI

Un pequeño esbozo de como era Alet.

miércoles, 11 de marzo de 2009

X

Una cara entumecida por el intenso frío y demacrada por el cansancio, emergía de entre el infesto ropaje.......

Un rostro que reflejaba sufrimiento, horror, desazón...., unos ojos que pedían clemencia y que entre los reflejos de la tormenta suplicaban compasión.

Así es como llego mi mentor en la lengua de los clásicos, así arribó a la puerta Sur....Otric.

Fulberto dio la orden oportuna y rápida para la apertura de la puerta "maldita".

Temerosos descorrimos los varios cerrojos y cancelas y la desatrancamos.

No se si fue una señal, pero en el preciso momento en que retirábamos el ultima cancela herrumbrosa y procedíamos a mover las hojas de la puerta, retumbo en el cielo oscuro, un horrendo trueno seguido del mayor relámpago que mis ojos hayan visto....

Jamas me he vuelto a santiguar tantas veces y tan rápidamente. (El Señor sea clemente conmigo)

Junto a Eulalio nos acercamos sigilosamente al recién llegado....con terror, observando a un lado y al otro, temiendo una emboscada.
Tomamos las riendas del animal y nos dirigimos a la entrada de la Abadía procurando no derribar al alto jinete.

(continuara..........)

IX

Esta es la imagen de lo que queda de mi antigua morada.... Alet.

martes, 10 de marzo de 2009

VIII

La Puerta Sur………

Enigmática puerta, razón de rumores y leyendas….
La puerta que siempre permanecía cerrada y que jamás abría sus hojas a nadie.

Quizás fuese por el temor a la invasión de los musulmanes que por aquel entonces asolaban los Reinos y Condados del sur.

Estaba grabada en nuestra memoria la incursión musulmana allá por el año 717…

Fueron 25 años de fuego y destrucción, muertes y esclavaje, saqueo y rapiña….
Todo quedo arrasado hasta que Martel y sus hombres lograron detenerles y devolverles detrás de las montañas.

Quizás por ese motivo la Abadía de Alet era un conjunto arquitectónico muy peculiar, parecía mas una fortaleza que no un lugar de estudio, meditación y reposo.


Allá frente a la “maldita” puerta, sobre un jumento había alguien…. un bulto de figura humana, cubierto de harapos recostado sobre la crin del animal…

Fulberto identifico el atuendo de esa figura, parecía un monje, sus manos se crispaban sobre las bridas y sus piernas colgaban fuera de los estribos………

(continuara.......)

jueves, 5 de marzo de 2009

VII







VI

Los días son interminables en Alet, entre las tareas cotidianas, los rezos y otras actividades yo prosigo mi formación, cada vez adquiero más soltura en la lectura y escritura y estoy adentrándome al aprendizaje del idioma de los clásicos…el griego.
Todo gracias a un nuevo monje llegado de más allá de las montañas, se llama Otric, un personaje muy especial, no llegue a saber nunca de quien o de que huía…….

Recuerdo una noche oscura del mes de Febrero, una intensa cortina de agua estaba asolando el Monasterio, estábamos recogidos en el comedor, cenando y escuchando a Adalberto como leía las escrituras. De pronto aparece un muchacho de las cocinas, alarmado, con la cara blanca como la nieve……

¡Padre, padre¡¡¡¡… reclama la atención del Abad

Balbucea….fuuuera, fuuuera en la puuuerta hay…….hay alguien!!!!

Su cara de pánico reflejaba el fuego del hogar del comedor.

Recuerdo la cara de preocupación del Abad, nos dirigió una mirada a Edelgardo, Eulalio y a mí, la mirada nos indicaba que le acompañásemos….

Lentamente cariacontecidos nos levantamos los indicados arrastrando los pies por el suelo en señal de la desgana que nos producía tal encargo, de pronto Fulberto (el Abad) nos fulmina con una severa mirada de arriba a bajo, no son necesarias las palabras, enrojecidos de vergüenza agachamos las cabezas, nos colocamos el manto nos cubrimos la tonsura con las capuchas y salimos al frío de la noche.

Nos adentramos en la oscuridad del claustro buscando una de las puertas que lleva al acceso sur del Monasterio, tenemos que cruzar los huertos, no llevamos antorchas, ninguna iluminación nos acompaña, solo de vez en cuando un desgarrador relámpago ilumina nuestros pasos a través de las verduras siguiendo los pasos del Abad Fulberto, de pronto frente a nosotros se eleva la puerta sur.

(continuara...........)