lunes, 6 de abril de 2009

XII

Algo me llamo la atención, sobre la mano enguantada izquierda del “caballero” relucía algo, con los destellos de los relámpagos no lo podía distinguir.

Me acerque un poco mas, y tomando la mano del visitante fije mi vista en un antiguo anillo, parecía de oro y tenia unas inscripciones que realmente no distinguía.

Mi curiosidad pudo conmigo y al intentar tocarlo de pronto sentí una garra que me tenia asido fuertemente por la muñeca como si un resorte secreto hubiese animado al jinete. Sentí su mirada intensa, casi dolorosa, retrocedí temeroso de esos ojos, de esa furia contenida y me adelante para acercarme a Fulberto en busca de su protección.

Cruzamos “la puerta” y cabizbajo seguía la estela de los pasos de mi padre espiritual, nos dirigíamos a las caballerizas, justo en frente de la botica donde ya esperaba el hermano boticario para poder hacer las primeras curas al visitante.

No se me ocurrió mirar atrás, esa mirada quedo grabada a fuego en mi mente..

¿Era odio?

¿Era temor?

Yo solo sentí miedo, mucho miedo………….un escalofrió recorrió mi espalda que me dejo temblando de arriba a bajo.

(continuara........)

1 comentario:

  1. Mi querido Maelius,
    Olé la historia que estáis tejiendo por aquí.
    Soy una gran fan tuya, de VV y de quien se tercie en esta historia. (ups, creo que estoy quedando de pena...pero bueno ;P )
    Esto es mejor que El comisario Brunetti intentando atrapar a un asesino. Querido amigo, sos mi ídolo!
    Estoy atenta ;)
    Espero que estas vacaciones sean muy tranquilas y recargues muuuuucha energía.
    Cuidate un montón.
    Abrazotes enormes.
    Bye

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